“Vive de instante en instante, porque eso es la vida”. La idea de escribir este libro surge de mi necesidad de expresar mis emociones; pero también, poner esa voz, la mía, que es producto de mi experiencia y el recorrido de un camino de mujeres, si bien hay un camino que yo opto por recorrer, yo me animo a poner nombres propios que son muy significativos en mi vida y en un contexto que decidí recorrer, superar obstáculos y saber que lo que una vive desde el cuerpo, se vive también en el alma. Creo que mis poemas son como pequeñas revoluciones que una las vive desde la piel, sé que la revolución en que yo creí y perseguí no es la misma que la que entendía años atrás, son lo que más rescato en medio de cierta devastación, yo encontré en la poesía una manera de hacer oír mi voz, de la importancia de rescatarla, de decir lo que nos animamos a pensar, sentir y decirnos las mujeres y después decidimos callar. A mí me parece que la poesía es un espacio de libertad que no tienen otros textos, la poesía es una manera de acariciar con palabras. Por eso vuelvo a entregarme a la letra para mostrarles él fruto de mi trabajo y de mi amor: un libro ardiente y valiente. “Tres palabras de fortaleza”, tres verbos marcan el rumbo de mi libro: crecer, amar y esperar. Crecer -leyendo- de verso en verso, amar en la entrega poética, y esperar –escribiendo– el próximo poema… Todo el libro es un canto de amor, un canto de amor apasionado a la poesía. Porque si bien canto a la vida, a mis hijos a mis padres, hermanos, amigos, al hombre amante y amado, también canto a la mujer y mi interlocutor es siempre la poesía. Soy una mujer libre”. Libre porque me atrevo a borrar todos los fantasmas, libre porque a veces sé volar sin rumbo fijo, entregarme al destino que me marca la letra. Y así, desnudando mis armas de mujer deformada por años de silencio puedo inventarme nuevas vidas. “Empiezo a reencontrarme en mi propia piel.” Olvidando el tiempo de los fantasmas, anclada en la escritura, me vivo y me reconozco una entre otros. La vida cede el paso a la poesía, entonces la poesía produce una y otra vez lo imposible. Así, en unos versos, me convierto en un minotauro de fuego y en este ardor, con esta fortaleza rompo el silencio para acariciarlos con mi poesía. GRACIAS